Por los caminos blancos de provincia de Neuquen (Argentina)

Claudio es un amante de la naturaleza y un asiduo a los viaje en 4×4 en el Argentina. Siempre viaja con su esposa Alicia Del Rio, a bordo de una Toyota Hilux ansioso por disfrutar de todo lo que la tierra tiene por mostrar. El junto a sus amigos nos comparte esta aventura invernal al sur de América.

Texto y Foto: Claudio Masolini

Como todos los años en la época invernal acá en el Argentina procuramos hacer un viaje a un lugar con mucha nieve y donde nadie tenga intenciones de ir. Es un viaje que esperamos con mucho entusiasmo porque debemos esperar todo el año a que entre el invierno, lo que lo hace muy especial por las complicaciones que hay que afrontar por sólo ser en invierno. Estos viajes preferiblemente hay que hacerlo con al menos tres carros que estén preparados con equipos de recuperación como winche, cinchas además de los elementos de calefacción, termos y cocina, más comidas hidratadas como previsión a alguna emergencia a las que esperamos no ocurra. Toda esta preparación tiene como recompensa encontrarnos con un paisaje espectacular que bien vale la pena disfrutar.

Copahue, Caviahue y Moquehue en la Provincia de Neuquen son destinos de un viaje que a mi me encanta hacer. Una zona de 250 kilómetros aproximadamente que bordea la cordillera de los andes y pasa muy cerca de Chile, es un camino que puede encontrarse muy distinto en esta época del año. Estas carreteras es muy posible que no se pueda avanzar, incluso la carretera nacional se puede ver interrumpida por el clima aunque cuenta con las instituciones de la nación para recuperarlas.

Al llegar a Zapala, el último pueblo para abastecerse de gasolina y otras cosas faltantes y generalmente el pueblo no esta cubierto de nieve. Desde allí decidimos tomar la carretera hacia Caviahue, siempre atentos si es posible poder seguir avanzando.

Caviahue se caracteriza por tener un volcán activo, siempre huemeante, un hermoso lago y las fachadas de las casas y sus calles la hacen muy atractivo. Desde esta población es un punto de partida a varios caminos con extraordinario paisajismo de cascadas y pueblos que por lo general en esta época están cortadas por la cantidad de nieve, un escenario para disfrutar de lo más puro de la naturaleza.

Este pueblo esta vigilado por tan sólo dos agentes policiales que permanecen en la comandancia y son visitados tres veces por semanas para hacer los cambios de guardia. Para llegar hasta allá los agentes policiales utilizan orugas para arrastrar la nieve que cubre el camino.

Nosotros buscamos las hermosas vistas de la cordillera peleando con la nieve, utilizando una técnica que nos ha resultado. Nosotros la llamamos «pechando» es una forma de afrontar los monticulos de nieve chocandola durante dos o tres metros y luego retroceden para volverlo hacer. Es una forma lenta de avanzar pero la más segura ya que si no retrocedes a los pocos metros la camioneta puede quedar sin tracción y la recuperación puede ser más lenta si se utiliza winche o alado por el carro de atras.

De esta forma vamos abriendo huella siempre teniendo el trabajo más duro el primer carro, y los otros de la caravana la tediosa tarea de avanzar tan lentamente el primer carro lo permita. Esta conducción siempre debe hacerse con mucho cuidado y con determinacion, siempre confiando de la robustez de nuestros carros pero con todos los sentidos para nunca salirnos del camino ni maltratar la mecánica.

Avanzamos hasta un aeropuerto que por años ha estado desactivado, desde ese lugar disfrutamos de paisajes del lugar durante días y en las noches regresabamos a las cabañas donde nos hospedamos.

Luego, continuamos el viaje a Caviahue y Moquehue por caminos alternativos que se encuentran cerradas al tráfico en general, a una velocidad baja transitando unos 180 kilómetros aproximadamente con la presión de aire de los cauchos entre 12 y 15 libras de presion y con la reductora activada para aprovechar al máximo la fuerza y la seguridad de la doble traducción. Acá de la misma forma disfrutamos de la grandeza de la naturaleza circundante durante dos o tres días.

Estando en este lugar salimos en búsqueda del Araucarias, el árbol típico de la zona, guiados por un Guarda Fauna porque nos encontramos en zonas de Parque Nacional donde disfrutamos de barbacoas y todo tipo de bebidas calientes para mantener el organismo caliente.

A través de estas carreteras llegamos hasta territorio chileno justo donde se encuentran los hitos que separan a ambas naciones donde avanzamos hasta un antiguo puesto de Gendarmería que fue deteriorado por los fuertes temporales de la zona. Este trayecto de viaje se caracterizó por el compartir y la camaraderiade nuestros amigos, y la gentileza de mucho pobladores quienes también nos guiaron a muchos sectores desconocidos. Un viaje de contrasrtes, durante largos ratos vientos blancos y en otras ocasiones un clima despejado que nos permite disfrutar de la belleza de la cordillera Andina chilena y Argentina con el imparable placer de degustar cada manjar que pudimos preparar.

Continuaremos recorriendo nuestra amada Argentina y sus alrededores en toda las épocas del año pero estos recorridos de invierno son para nosotros un placer que esperamos durante todo el año para disfrutar de esa cambiante y asombrosa naturaleza que cada vez se pinta de blanco y nos regala aventuras inigualable.